Marzo fue un mes fatídico:
perdimos mucho,
ganamos algo,
lloramos todo,
nos levantamos.
Una pequeña promesa
de proyectos extraordinarios.
El intento frustrado
de un nuevo integrante.
Su huída fulminante,
el rastro de sangre,
los brazos cruzados,
la resignación triunfante.
Hoy lloro tu nombre,
que será de otro,
por no ser de la pena.
Hoy cierro la puerta,
para recuperarme.